viernes, 16 de noviembre de 2007

presentacion

Pero definitivamente en el origen del mimo, su naturaleza era corporal. El principio de nuestro arte se encuentra en las orgías dionisiacas, esencia que posteriormente fue distorsionada por la moral. Se permitió hablar, pero se sancionó, hacer del cuerpo signo de expresión. Las ménades y los sátiros debieron ocultar sus actos y propósitos. La abstracción, la intelectualidad, la palabra, reclamó para sí el establecimiento de lo correcto en materia de realización escénica. Tal vez ahí esté la razón por la que se empezó a considerar que la acción es cosa de personas de escasa inteligencia, por ello durante mucho tiempo se dijo eso de los deportes, ergo de los deportistas. Incluso hoy, a quienes se dedican a una actividad corporal, son vistos despectivamente

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